No existe diferencia entre llegar 5 minutos tarde o irte 5 minutos antes

Todo estaba preparado el domingo para ver lo que se suponía sería un partido lleno de emociones y pasión. El día comenzó temprano, la cita era a las 10:00 am en el Sanborns de Plaza Loreto, muchos desayunaron y hubo quien sólo se tomó un jugo de naranja.

Esperamos un rato y se hicieron llamadas para saber si llegaría alguien más, el Rasta prometió que iría pero no contestó su celular así que era momento de emprender el camino porque además necesitábamos conseguir los boletos que faltaban.

En el estacionamiento de la Plaza, Oscar nos da una mala noticia: No dejan entrar cinturones en el estadio, Pepe y yo corremos a nuestros automóviles para dejarlos y evitar que nos los quiten en el acceso.

Caminamos y finalmente compramos los boletos que hacían falta, ahora hay que soportar una revisión por parte de la policía, y le toca a la novia de Oscar que le impidan el paso hasta tirar unas pilas que llevaba para la cámara, no tiene de otra más que hacerlo y seguimos adelante.

Stefan (el Director de bwin) disfruta cada momento que pasa, se toma una foto con el estadio de fondo y antes de entrar a la tribuna decide comprarse la playera de los Pumas.

Ahora sí estamos dentro y falta media hora para empezar el partido, por increíble que parezca las tribunas no están llenas al contrario se encuentran semivacías pero confiamos en que con el paso del tiempo la situación cambie, mientras tanto los equipos calientan en la cancha.

El calor cada vez es más fuerte aún cuando nos vamos a la sombra, es la oportunidad para refrescarse con una cerveza y Víctor las invita.

Finalmente salen los Pumas y el estadio explota, ha sido una larga espera para volver a vivir fútbol en este estadio después de varios meses y la afición se entrega a su equipo; se entona en este momento el himno de la Universidad, todos los presentes lo cantan con respeto y orgullo.

Comienza a escucharse un abucheo general y vemos la razón; Han saltado las chivas a la cancha y sólo una pequeña parte las apoya.

Todo está listo para disfrutar este momento, al minuto 4 las chivas anotan un gol por medio de Omar Bravo y se presagia entonces una gran emoción en las dos porterías pero ésto nunca sucede, podría decirse que el partido murió en este momento sin embargo aún cuando llega el medio tiempo sin que suceda algo digno de comentarse tenemos la esperanza de que todo mejore en la segunda mitad.

Quizá lo único rescatable son las actividades realizadas por el patrocinador en el descanso, marear a las personas y verlas caerse mientras intentan anotar un gol relaja el ambiente y nos hace soñar con un mejor partido.

Pero todo sigue igual y cada vez siento más sueño, no creo ser el único rogando porque termine el martirio, los Pumas llegan una y otra vez ante unas Chivas que sólo saben defenderse, de no ser por la mala puntería de los delanteros universitarios el marcador sería favorable para ellos.

Finalmente una señal cuando faltan menos de 5 minutos para que termine el partido y todos empezamos el camino a la salida del estadio, ¡mala decisión! Justamente en ese momento, Solari un delantero de los Pumas se acuerda que sabe meter goles y anota ante la euforia de toda una afición que veía cómo se les escapaban los primeros puntos del torneo en su casa.

Corremos de regreso pero es demasiado tarde, sólo alcanzamos a ver el festejo y nuestros lamentos por soportar este aburrimiento de 85 minutos y perdernos el gol del empate al final son evidentes.

Volvemos al estacionamiento de Plaza Loreto y nos despedimos, no sin antes agradecerle a Pepe la invitación.

Un partido de fútbol es impredecible se basa en una genialidad o el error de alguien, pero lamentablemente debes estar al pendiente de ésto pues aunque sea aburridísimo, en el momento menos pensado justamente cuando decides darte por vencido o distraerte alguien te sorprenderá en la cancha y podrías perdértelo como nos pasó a nosotros.

Como te darás cuenta, llegar tarde o irte antes puede ser una muy mala decisión.