lunes, 1 de septiembre de 2008

Las mangas del kimono estaban rotas.

Me despierto sudando y temblando.

Así han sido los últimos 5 años de mi vida…siempre igual, siempre con el mismo grito, siempre a medianoche. Agacho la mirada y junto mis manos, las pego a mi pecho como si al hacerlo pudiera librarme de esta pesadilla o del remordimiento que me carcome.

Cierro los ojos y todo sigue ahí…

Mi auto, la pelota y los niños jugando…un escalofrío invade mi cuerpo, la sensación de su sangre entre mis manos nunca se detiene. Las mangas del kimono estaban rotas y todos lloraban.

Abro los ojos y todo sigue ahí…

El frío, mis miedos, las cuatro paredes, esta oscuridad, una inmensa soledad. Así pasaré los últimos años de mi vida…siempre igual, siempre con el mismo grito, siempre a medianoche.

Las mangas del kimono siguen rotas y nadie me llora ya.

El fin del mundo.

Te seguiré hasta el fin del mundo…
-¿y dónde es eso?-
En el lugar donde no estés a mi lado.

Sonreíste mientras te recargabas en mi hombro.

Levanté tu rostro para besarte tiernamente
y no hubo más que decir…