Del olvido al no me acuerdo

Cerró los ojos cuando despertó…tenía miedo de abrirlos.

Le dolía el cuerpo y estaba mareado, se sentía triste sin saber por qué -tres botellas robaron su memoria- caminó a ciegas hasta llegar al baño.

Se buscaba en el espejo sin reconocerse…sólo hasta que descubrió la sangre entendió todo mientras los recuerdos invadían el cuarto con súplicas, gritos y golpes. Encontró el cuchillo y comenzó a llorar…

El cansancio lentamente lo venció. Después de tres horas ya no había evidencia pero el remordimiento permanecerá por siempre aunque no lo descubran.

Cuando se durmió abrió los ojos…tenía miedo de soñar.

Una comedia romántica.

A veces comparo nuestra relación con una película de las que tanto te burlas (sí, las cursis que me gusta ver aunque parezca la niña y tú el niño) pero podría ser cualquiera…vivimos momentos de amor, suspenso, melancolía y las clásicas metidas de pata o confusiones que complican todo.

Y descubro que en nuestro protagónico podemos convertirnos en villanos con pasmosa facilidad, no necesitamos hilos entrelazados por alguien más o conspiraciones del universo para lograrlo. Pero también me doy cuenta que lo único siempre presente en nuestro guión es el cariño, la ternura y todo lo bueno que surge cuando estamos juntos.

Hoy nuestra película continúa en proceso de grabación, con experiencias negativas y positivas, nuevos escenarios y diferentes personajes.

Nada está definido, en algunos momentos puede interrumpirse por falta de presupuesto pero seguimos escribiendo a la distancia y si tenemos la posibilidad encontraremos un gran final.

Luchemos por hacerlo…

Hagamos nuestra historia memorable.

Just 4 you.

¿Por qué eres tú?
Porque eres tú.

Las mangas del kimono estaban rotas.

Me despierto sudando y temblando.

Así han sido los últimos 5 años de mi vida…siempre igual, siempre con el mismo grito, siempre a medianoche. Agacho la mirada y junto mis manos, las pego a mi pecho como si al hacerlo pudiera librarme de esta pesadilla o del remordimiento que me carcome.

Cierro los ojos y todo sigue ahí…

Mi auto, la pelota y los niños jugando…un escalofrío invade mi cuerpo, la sensación de su sangre entre mis manos nunca se detiene. Las mangas del kimono estaban rotas y todos lloraban.

Abro los ojos y todo sigue ahí…

El frío, mis miedos, las cuatro paredes, esta oscuridad, una inmensa soledad. Así pasaré los últimos años de mi vida…siempre igual, siempre con el mismo grito, siempre a medianoche.

Las mangas del kimono siguen rotas y nadie me llora ya.

El fin del mundo.

Te seguiré hasta el fin del mundo…
-¿y dónde es eso?-
En el lugar donde no estés a mi lado.

Sonreíste mientras te recargabas en mi hombro.

Levanté tu rostro para besarte tiernamente
y no hubo más que decir…

Actitud !!!

Navegando en Internet en la búsqueda de frases que me inspiraran a escribir un texto que necesito encontré esta frase que tomaré como filosofía de vida jajaja.

"Tenía una casa cerca del mar. Pero para ir a la playa, era necesario pasar delante de un bar. Nunca he visto el mar". George Best

Horario de salida.

Es momento de escapar del trabajo así que salgo de mi oficina. Camino por la calle y observo a los demás. La gente va y viene inmersa en un mundo de sentimientos; olvidados, preocupados, pensando en sí mismos, siempre en ellos sin importar los demás. Nadie va sonriente, nadie se saluda. Los veo a la distancia pero no me involucro.

Para ellos sólo soy un extra más en la película de su vida, la actuación de 3 segundos que nadie recordará.

Todos tienen prisa, chocan los hombros sin voltear siquiera a ver y la disculpa se pierde en la indiferencia. En el mejor de los casos se esquivan.

Nadie va sonriente, nadie se saluda. Y los veo a la distancia sin involucrarme.

Un nuevo inicio

Aquí estoy de nuevo haciendo un gran intento por usar mi blog, tan abandonado que podría compararse a un asilo de ancianos donde todos los demás olvidan su existencia.

Aclararé la razón por la cual decidí escribir de nuevo aquí y a manera de justificación, repetiré unas sabias palabras que muchas veces he escuchado decir a mi papá: “como dijo Westing House…qué chingaos” (él nunca dice el cierre pero todos lo sabemos), aunque en realidad se debe al hecho de curiosear en el blog de un compañero de la agencia y haber encontrado mi motivación en sus textos.

Es curioso, estoy acostumbrado a dirigirme al populacho para comunicarle un beneficio pero en este caso no tengo mensaje definido, surgirá conforme pasen los días y lleguen nuevos temas en caso de comprometerme realmente con este espacio de libertad.

Me siento oxidado al redactar algo que no contiene publicidad pero lo intentaré. En un medio donde la máxima para llegar al consumidor (en este caso lector) es seducir, persuadir o convencer…

yo sólo voy a escribir.

Soledad.

Lo terrible de la soledad es encontrarse con uno mismo y no reconocerse.